La adolescencia es una etapa de transición entre la niñez y la época adulta. En esta época se producen una serie de cambios que pueden afectar de una forma u otra a tu diabetes, en este artículo publicado por la Fundación para la Diabetes, podemos conseguir varias respuestas a muchas dudas que les surgen a los padres y a los adolescentes con diabetes.
Existen obviamente una serie de cambios biológicos a nivel de nuestro cuerpo, que te convierten en una persona adulta. A nivel biológico empiezan a liberarse hormonas (fundamentalmente hormona de crecimiento y esteroides sexuales) que pueden condicionar una resistencia a la insulina y por eso es normal que en este periodo de la vida tu cuerpo requiera más insulina que antes. A veces puede ocurrir que por efecto de las hormonas sexuales la composición corporal cambie y notes modificaciones en relación a tu peso y a la distribución de la grasa, lo cual puede condicionar que te veas muy distinto.
Por otro lado, el impacto que el mal control de la diabetes puede tener para el desarrollo de complicaciones futuras no desaparece en la adolescencia, y es más, algunos estudios han sugerido que el mal control durante esta época ejerce una influencia incluso mayor para el desarrollo de estas complicaciones que en otras etapas de la vida. Es por ello que, a pesar de que notes que en esta época te cuesta mucho controlar la diabetes, es importante no desistir en los esfuerzos para conseguir un buen control a pesar de las dificultades.
A nivel psicológico también se producen cambios en tu cuerpo. Esto es así porque te estás haciendo mayor y te encuentras en una etapa de redefinir tus gustos, tus aficiones, la relación con tus padres, con tus compañeros,… y de empezar, de una forma u otra, a pensar en tu futuro.
Algunos de estos aspectos se ven claramente influenciados por tu diabetes y es por ello que desde la Fundación para la Diabetes queremos hacer un pequeño recorrido por ellos para que si has de enfrentarte a alguna de estas situaciones el impacto para el control de tu diabetes sea el mínimo posible.
Estudios y época de exámenes
Es normal que durante la época de exámenes tiendas a constatar que tus niveles de azúcar están más altos. Esto es así porque sobre todo en épocas de mucha carga de trabajo el estrés hace que se liberen una serie de hormonas que suben el azúcar. Este aspecto además se suele agravar si durante esta época dejas de hacer deporte o si por la ansiedad de la situación tiendes a comer de forma impulsiva.
El día del examen es probable que por la tensión y los nervios te pueda subir aún más el azúcar. En este sentido debes saber que los niveles muy altos de azúcar (>250 mg/dl) pueden hacer que tu rendimiento intelectual se resienta y los resultados de tu examen sean peores.
Salidas nocturnas y alcohol
Es probable que a diferencia de antes comiences a salir alguna noche de fin de semana. Ello puede alterar la rutina de tu diabetes sobre todo en lo que se refiere a horarios. En este sentido si utilizas una insulina basal que te cubra bien la noche lo más probable es que puedas levantarte por la mañana sin que notes un aumento en tus niveles de glucosa al despertar.
Beber alcohol no está prohibido de forma absoluta para las personas que tienen diabetes. No obstante es importante conocer cómo actúa el alcohol en el cuerpo y saber cómo interacciona con el control de la diabetes, así como aprender a beberlo con prudencia sin llegar a estados de embriaguez.
• Si estás borracho, no podrías pensar con claridad y tu diabetes requiere que tomes decisiones importante para que estés bien (decidir dosis de insulina, reconocer si no te encuentras bien por una hipoglucemia o porque has omitido tu insulina,…). Por tanto, bebe con mucha moderación y para de beber antes de que te emborraches.
• El alcohol impide que tu hígado produzca glucosa ya que las enzimas encargadas de ello estarán metabolizando el alcohol. Ello condiciona que exista un riesgo mucho mayor de hipoglucemia varias horas después de la ingesta de alcohol. Esto puede tener gran importancia cuando se bebe en las primeras horas de la noche ya que el riesgo de hipoglucemia será importante durante la noche y parte de la mañana del día siguiente.
• En relación al riego de hipoglucemia es aconsejable disminuir la insulina que te administras antes de ir a dormir así como la de antes del desayuno del día siguiente.
• La ingesta de alcohol debería limitarse como máximo a una bebida en el caso de las mujeres o dos bebidas en el caso de hombres.
• Es importante que la gente con la que estés bebiendo sepa que tienes diabetes ya que si tienes una hipoglucemia grave sus síntomas se pueden confundir fácilmente con los de una borrachera y pasar desapercibida.
• Antes de ir a dormir es imprescindible comer algún hidrato de carbono adicional para evitar la hipoglucemia nocturna. Este hecho tiene aún más importancia si durante la noche has estado bailando o has caminado.
• Es peligroso quedarse durmiendo hasta tarde la mañana siguiente después de haber estado bebiendo. Es importante que le digas a tus padres o a tus compañeros de cuarto que te despierten relativamente pronto, controles tu nivel de azúcar y desayunes.
• Las bebidas alcohólicas azucaradas (licores, ron,…) tienden a subir el azúcar transitoriamente de forma inicial pero luego pueden producir hipoglucemia tardía igualmente.
• El glucagón es poco efectivo para corregir una hipoglucemia grave motivada por el alcohol ya que el alcohol contrarresta el efecto del glucagón a nivel del hígado.
Menstruaciones
Muchas mujeres jóvenes con diabetes notan que sus necesidades de insulina varían en relación a la menstruación. Así, suele ser frecuente que los días previos a la menstruación el nivel de azúcar tienda a aumentar (necesidades de insulina más altas) y una vez se produzca la misma el nivel de azúcar (y las necesidades de insulina) tiendan a disminuir bruscamente. Además, debes tener presente, que cuando tu diabetes no está bien controlada es posible que se produzcan irregularidades menstruales.