Cuando hablamos de Perros Detectores de Hipoglucemias no hablamos sólo de perros entrenados para detectar y avisar de éstos episodios. Estos perros deben acompañar a sus usuarios en el día a día y por tanto deben saber comportarse en todo momento. Se trata de aportar una ayuda a las personas que haga su vida más segura pero si el perro mostrase comportamientos irregulares podría llevar a ser una dificultad añadida en lugar de un apoyo.

Para empezar nuestros perros pasan por un periodo de socialización y habituación a estímulos que hace de ellos unos perros seguros y sin miedos ante elementos del entorno. Este proceso se realiza de forma progresiva desde las tres semanas de vida y dura hasta los cinco meses aproximadamente. Los instructores trabajan con ellos en diferentes entornos, con diferentes personas y elementos a fin de construir una buena base para su futuro trabajo.

A partir de los cinco meses se comienzan a introducir, desde el juego, todos los aprendizajes previos que serán la base del buen comportamiento social. Los perros aprenden a caminar sin tirar de la correa, a responder a la llamada, a viajar en transporte público o a permanecer tranquilos debajo de la mesa de una cafetería.

Este entrenamiento se realiza de forma progresiva para garantizar que los perros evolucionen de forma adecuada. El objetivo de esta parte del entrenamiento es anticipar todas las situaciones que los perros se van a encontrar a lo largo de su vida. No se trata simplemente de visitar diferentes espacios si no de entrenar sobre cada uno de los elementos que componen una situación. Pongamos un ejemplo a fin de ilustrar este proceso, supongamos que uno de nuestros instructores va a preparar al perro para acompañar a su usuario a un restaurante. Los ítems sobre los que va a trabajar serían:

  • Control de impulsos con la comida.
  • Control de impulsos con las personas.
  • Atención sobre el guía a pesar de las distracciones.
  • Caminar junto al guía.
  • Paso controlado de puertas.
  • Colocación debajo de la mesa.
  • Tiempo de permanencia debajo de la mesa.
  • Habituación a posibles ruidos propios del entorno.

Todos estos puntos son trabajados de forma progresiva a lo largo del proceso de entrenamiento a fin de que los perros sepan perfectamente cómo comportarse. La misión del los instructores es aportar a los perros la mayor cantidad de experiencias y contextos posibles para que una vez se cree el binomio el perro no dude y llegue a ser lo que se espera de él, una gran ayuda.

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